martes, 19 de mayo de 2009

Introducción a la Paleografía hispanoamericana


«Uno de los principales objetivos del presente trabajo, es dar a conocer los postulados de la Paleografía, sin agotar el tema.
Si bien, el campo de estudio paleográfico es lo suficientemente amplio, se le dedica especial preferencia como Ciencia Auxiliar de la Historia y de la Archivología, en relación directa con el documento.
Así mismo, se amplía el conocimiento teórico sobre los contenidos de la Ciencia Paleográfica y su proyección en la investigación; motivo por el cual se incluyen facsímiles que permiten un conocimiento aproximado sobre la evolución de la escritura».
El autor

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Diccionario - Archivología

El archivero, para describir los documentos con exactitud, debe comprender el significado de los términos que se usan para identificar las diversas piezas documentales cuyo significado varía de un período a otro o bien son resultado de distintas actividades. Estas ideas, que fueron oportunamente expuestas por T. Schellenberg, nos parecen apropiadas para el presente trabajo.

La finalidad de la obra es la de auxiliar a aquellas personas que realicen estudios diplomáticos, paleográficos y administrativos y, lógicamente documentales, proporcionándoles una descripción exacta de los términos empleados en la profesión archivística.

Si bien este Diccionario en principio fue concebido para uso interno de la cátedra, la Asociación de Archiveros de Santa Fe se encargó de difundirlo, como casi toda la obra archivística de Víctor Hugo Arévalo Jordán.
Queda abierta la posibilidad de su ampliación y perfeccionamiento permanente.
Arch. Nora Inés Lamas

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Técnicas documentales de archivo. La descripción


FRAGMENTO:
INTRODUCCIÓN
Se hace cada vez más patente, la necesidad de un manual que reúna distintos sistemas de trabajo y procedimientos, para las variadas formas descriptivas de documentos, tomando en cuenta la creciente profesionalización del personal que se encuentra a cargo de los archivos, como las exigencias permanentes sobre el control y correcta administración documental.
Los distintos auxiliares descriptivos utilizados en los archivos tienen varios objetivos; entre los más importantes podemos considerar:
a) Facilitar la gestión documental.

b) Permitir la investigación, obteniendo recursos documentales y facilitando aspectos de la información.
c) Dar seguridad a los documentos que han sido descriptos.

d) Controlar el movimiento documental en sus distintas etapas.

e) Discernir los distintos tipos de información: científica, técnica y administrativa.Científica. Perteneciente o relativo a la ciencia, o a su investigación. Que posee una o varias ciencias.
Técnica. Conjunto de procedimientos y recursos de que se sirve una ciencia o arte. Pericia o habilidad para utilizar estos procedimientos y recursos.
Administrativa. Perteneciente o relativo a la administración. Que trabaja en la administración. Rama del derecho público que regula las instituciones y las actuaciones del poder ejecutivo, sus relaciones con los administrados y el funcionamiento de los servicios públicos.

f) Ubicar al documento en tiempo mínimo.Las normas ISAAD (G) señalan objetivos que nos son comunes desde el punto de vista de la descripción archivística, estas normas en teoría están diseñadas para:
a) Asegurar la creación de descripciones coherentes, apropiadas e inteligibles por sí mismas.
b) Facilitar la recuperación y el intercambio de información sobre la documentación de archivo.
c) Hacer posible compartir los encabezamientos autorizados, y contenidos.
d) Hacer posible la integración de descripciones de diferentes depósitos en un sistema unificado de información.

Una de las funciones esenciales de un archivo es tener conocimiento de todos y cada uno de los documentos que posee la institución, labor que puede ser realizada de distintas formas: empleando inventarios, con una amplia gama de variedades que permite ser flexibles en cada objetivo archivístico. Los catálogos son el instrumento más ampliamente conocido por la influencia de los bibliotecólogos que han trabajado en archivos, tratando de darle al procedimiento archivístico un tratamiento similar al de las bibliotecas.

También se tiene la colaboración de guías, índices, tesauros, bases de datos, etc., la enumeración se hace de acuerdo con el grado intelectivo que se requiere para cada auxiliar.

Cada uno de estos sistemas es interpretado de acuerdo con las necesidades de cada archivo, creando una enorme variedad de auxiliares, muchas veces recargados de información, cuando no obsoletos o por lo general auxiliares cuyos datos se encuentran repetidos, con la consecuente dispersión de información y de trabajo. O en caso contrario, auxiliares muy escuetos, resumidos que sólo cumplen el objetivo de ubicación.
“Otras ayudas de recuperación: la producción de otras clases de ayuda de recuperación de la información dependerá de las características específicas de los archivos, de la forma en que se utilizan y del número de usuarios. Para algunos archivos muy utilizados puede ser rentable describir los documentos a nivel de fichero o de expediente y hasta a nivel de documento particular. Los asientos individuales pueden figurar en tarjetas de fichero o tomar forma de calendarios —resúmenes sucintos de documentos aislados dispuestos por lo general cronológicamente—. Para algunas clases de documentos, utilizados principalmente para localizar una información específica, los archivos pueden considerar útil elaborar listas: de personas, lugares, embarcaciones, transacciones, casos jurídicos, etc. Sin embargo, se debe ser muy prudente para comenzar a hacer la descripción de las clases de documentos mencionados. No deberá iniciarse antes de tener la seguridad de que los gastos ocasionados se van a compensar en relativamente poco tiempo con lo que se economice en costos de personal para proporcionar la información a los usuarios”.

Es conocido por todos que la herencia documental sufre grandes pérdidas no sólo por accidentes y actos vandálicos, sino también por sustracciones, sustituciones o robos de los que, en el momento adecuado, no se tiene noticia.
Los auxiliares descriptivos cumplen la función de seguridad cuando están adecuados a estas necesidades.

Independiente de los actos citados, se produce más daño en los archivos, como consecuencia del manejo de información realizado por personas no especializadas que, desconociendo los métodos de recuperación de información, realizan trabajos consuetudinarios subjetivos, que si bien solucionan problemas momentáneos de las instituciones, no logran un servicio idóneo de información adecuada, con las consiguientes consecuencias económicas en estas instituciones.Son razones valederas para estudiar las distintas características dentro de cada sistema propuesto, tomando en cuenta los avances tecnológicos y de la ejecución de auxiliares descriptivos supeditados a un eje principal de trabajo.

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Profesionalización de los archivos. Proyectos para la conformación de las carreras de archiveros

La obra muestra prístinamente al autor, como profesional dedicado y entregado desinteresadamente a su vocación; es la síntesis de largos años de labor en su aporte concreto para el desarrollo y afirmación de la Archivística.
Si bien condensa los proyectos que han cristalizado y los que esperan su concreción, la prolija lectura del trabajo nos revela su pensamiento sobre el qué y el para qué de la Archivística. Los contenidos y objetivos de la enseñanza con sus respectivos planes y currículas; la participación activa del docente como una actitud de compromiso real en la formación del futuro archivista, así como el perfil que éste requiere, sin dejar de analizar las posibilidades de inserción, ya desde sus estudios, en la realidad socio-económica para la salida laboral.
No escapa a su análisis la razón de ser de los archivos, con una actualizada y amplia visión de su rol, que reconoce además la necesidad de la interdisciplinariedad y la constante creatividad para cubrir la demanda de una sociedad con acelerados cambios que requieren de un alto nivel de excelencia en el servicio prestado por técnicos y profesionales archiveros, cualquiera sea la especificidad de los repositorios en que se desempeñan, ya que la vocación y excelencia constituyen la mejor concientización sobre su importancia.

Prof. Elsa Raquel Bertozzi
Vocal de la Comisión Argentina de Desarrollo de Archivos (CADA)

FRAGMENTO:
INTRODUCCIÓN
Hablar de la Archivística hoy señala haber logrado un cambio esperado en la comunidad, ya que la conciencia sobre el valor de los archivos y documentos, como medios de control y toma de decisiones en las instituciones públicas y privadas, propicia el desarrollo y evolución de la sociedad, otorgándoles un índice de civilidad equiparable a los países desarrollados.
Los archivos son un fiel reflejo del desarrollo de las entidades que los producen.
Sin olvidar dos aspectos muy importantes en que la Archivística influye: el factor económico, con el aprovechamiento de recursos tanto humanos como materiales en el funcionamiento de una entidad; y el factor tiempo, cuya optimización se basa en la correcta actitud hacia la organización y planificación documental de sus empresas.
La Archivística se presenta como una ciencia eminentemente práctica que, sin embargo, no puede prescindir en ninguna medida del contexto teórico, que constituye la base de sus actos, ni de la teoría, que constituye su experiencia y alcances actuales. La formación de los archiveros propende así, a perfeccionar el discernimiento y la valoración informativa irremplazable aun valiéndonos de la última tecnología informática.
Es imprescindible, entonces, contar con profesionales en esta laboriosa actividad, ya que de ellos depende no sólo la administración y organización informativa, sino en un contexto más amplio, el desarrollo como sociedad moderna.
Y toda sociedad moderna cuenta por lo menos con nueve tipos de documentos en archivos de distinta índole:
1. Archivos de los gobiernos y de empresas, considerados los más complejos por sus finalidades, y que verdaderamente le dan una razón de ser a la Archivología.
2. Manuscritos privados, de escasa cantidad en nuestro medio.
3. Fotografías, llamados también gráficos por contener imágenes y estáticos por diferenciarlos de los de imagen en movimiento.
4. Mapas, considerados en muchos casos entre los documentos gráficos.
5. Archivos arquitecturales, principalmente planos, pero también tendríamos que considerar los planos de mensura y los catastrales.
6. Documentos fílmicos o de imagen en movimiento.
7. Registros sonoros, con una amplia gama, desde los registros en surco o discos, hasta la familia de los magnéticos.
8. Documentos informáticos, desde los registros magnéticos hasta los impresos.
9. Estampas, pinturas y dibujos, también considerados en los gráficos.
Esta variedad de clases documentales nos lleva a realizar un análisis de los auxiliares descriptivos o instrumentos de investigación que se deben realizar.
Si bien un examen de las prácticas corrientes en los archivos públicos no permite sacar una conclusión general, podemos afirmar que en la relación entre los niveles de clasificación y los instrumentos de descripción producidos por los depósitos de archivos, se observa que no hay una formación adecuada de la clasificación ni relación consecuente con los instrumentos de investigación. Frecuentemente, los denominados inventarios, que son prácticamente repertorios, como tablas en que están dispuestos los registros, de modo que sean fáciles de encontrar, parecen alinearse sobre particularidades impuestas por la creación de los documentos o por el encargado de archivos, sin que la teoría archivística sea invocada. Consideramos que es posible suponer que si los depósitos de archivos acordaran una real atención a la clasificación sistemática de los documentos, estarían en condiciones de normalizar los procesos de descripción.

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Planificación general de los archivos



INTRODUCCIÓN


Los actos, como unidades de acción racional, se perfeccionan hasta conformar las técnicas. Éstas, con el transcurso del tiempo, se desarrollan hasta convertirse en especialidades, ampliándose, incorporando conceptos más sofisticados, conformando un conjunto de conocimientos que permita considerar un proceso, una evolución histórica, un desarrollo continuo con miras al futuro. Esta evolución implica un conocimiento planificador sutil que el archivero comprende en la medida en que también va perfeccionando su conocimiento histórico.

Este estado teórico, proyectual, en el cual se encuentran los archivos, genera diferencias de conceptualización y de sus alcances; no existe una definición totalmente aceptada sobre los contenidos y alcances de este antiguo oficio.

Toda planificación, por muy insignificante que sea, debe necesariamente ajustarse a una política que le permita el logro de sus objetivos. Política como camino por el que se conduce un asunto o se emplean medios necesarios para alcanzar fines determinados.
Partimos del principio de que la planificación en su generalidad

a) Provee medios suficientes para administrar recursos existentes.
b) Identifica las prioridades en el servicio.
c) Establece objetivos fijados a nivel institucional,
considerando:
1. El tamaño del archivo.
2. Las condiciones de los usuarios.
3. Los niveles de presupuesto.

Referente al desarrollo del servicio de los archivos, la decisión depende invariablemente del plano ejecutivo, con la condición necesaria y supuesta de que tenga la empresa o institución una constancia clara sobre los beneficios que se obtendrán con la eficacia administrativa, la obtención de información concisa y el enriquecimiento de la personalidad institucional.

El uso del presente trabajo implica el conocimiento de alguna de las teorías vigentes sobre Archivología, la aplicación del lenguaje archivístico, y los conocimientos necesarios sobre administración y organización de los archivos.

Es posible que la gestación de tal ambición corresponda a los sectores de Planificación, Organización y Métodos, Control Interno, Auditoría, y Mesa de Entradas, de acuerdo con la constitución orgánica de cada empresa o institución. Lo importante es que existan dependencias que sientan la necesidad de una información acelerada y precisa.
Esta preocupación puede tener repercusión con mayor fundamento empresarial permitiendo dar el apoyo suficiente para clasificar y ordenar sistemáticamente, cuando no salvar, la información, patrimonio de la institución, por extensión, patrimonio de la sociedad y de cada nación.

Al conservar los documentos se permite claramente definir su identificación con el pasado organizado. “Según un proverbio francés, ‘hombre informado vale por dos’; y un slogan anglosajón afirma que ‘la información es poder’. Estas verdades, que forman parte desde hace siglos de la ‘sabiduría popular’, son ahora más actuales que nunca, al haberse desarrollado una verdadera industria de la información, cuyos comienzos se remontan sin duda a mediados del siglo pasado, con el nacimiento de la gran prensa y de los primeros sistemas de telecomunicaciones (telegrafía), pero que ha alcanzado una expansión excepcional en los tres o cuatro últimos decenios. Éstos se han caracterizado por un crecimiento espectacular de los medios de comunicación de masas y por la introducción de la computadora en todos los mecanismos de la sociedad, así como por la difusión de nuevas formas de ‘libros’, al margen de la imprenta tradicional, mediante la divulgación de la reprografía y la microcopia. Se ha predicho, para fines de este siglo y el siguiente, una transformación de las sociedades humanas de una amplitud comparable a la provocada por los grandes cambios tecnológicos del pasado.”





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Teoría, fundamentos y práctica de la archivología


A modo de presentación(Edición 1987)
Víctor Hugo Arévalo Jordán presenta su libro “Teoría Archivológica” preparado con un gran esfuerzo y dedicación, como corolario de sus clases docentes, en calidad de catedrático y jefe de sección de la carrera Archivística.
Muy loable su publicación y, aunque no haya acuerdo en algunos puntos, ya sean teóricos o filosóficos, ha demostrado su posición, lo que no deja de ser un aporte a la carrera.
Empeñoso en lo que se propone, ha logrado un lugar en la materia.
La falta de bibliografía especializada hace que este libro venga a cubrir una importante necesidad, y los alumnos hallarán en él lo fundamental para orientarse en el tema.
Es de desearle a Víctor Hugo Arévalo éxito en su propuesta y a su incansable labor los auspicios de una feliz producción archivística.

J. Catalina Pistone
Técnica Archivera
Directora General
Archivo General de la Provincia de Santa Fe

FRAGMENTO:

LÓGICA DE LOS ARCHIVOS

A primera vista el panorama archivístico se nos presenta desarticulado y consuetudinario, la identificación de sus móviles y circunstancias nos dan la clave de interpretación y extracción de ciertas leyes generales.
Si conceptuamos al hombre como un ser lógico, formado por una naturaleza armónica y matemática, donde los efectos están en concordancia con las causas, sin interrupción suficiente, no nos extraña percibir en los archivos un proceso lógico.
Este proceso, apresadas sus leyes, permite al investigador obtener los resultados con cierto grado de certeza y aproximación de la realidad.
Esta lógica de los archivos presupone en el archivero una eficacia en la prosecución de los fines. El panorama lógico no es simple, sino complejo.
Los archivos se forman por la reunión de aquellos documentos generados en el transcurso de una actividad; esta actividad se interpreta en sus dos formas esenciales: la acción y la decisión. “Desde que existen, es decir, desde hace 5000 años o incluso más, los estados han tenido necesidad de una memoria colectiva que conserve la huella de sus acciones y de sus decisiones, en particular; ha sido necesario preservar las pruebas auténticas de sus actos más importantes (leyes fundamentales, tratados, etc.) para poder referirse ulteriormente a ellos. Éste es el origen de los archivos, los más antiguos de los cuales —los de Lagash y Ur— se remontan al tercer milenio antes de nuestra era”.
Las bibliotecas se forman por la reunión de documentos que transmiten conocimientos en forma ordenada.Las necesidades, una vez expuestas, son las que determinan los principios y las prácticas, creando disciplinas auxiliares que pasan por largas etapas de elaboración en los diferentes medios que se desarrollan permanentemente, recibiendo nuevos métodos sobre los consuetudinarios, que se almacenan como conocimientos y que requieren ser estudiados minuciosamente; en otras palabras, se trata de la sistematización de conocimientos de una disciplina, estudios logrados y por lograrse en base a experiencias locales y temporales, como todo estudio relacionado con el hombre y su entorno.
Estas experiencias desarrollan, generan nuevos experimentos, perfeccionan y acumulan esa información a través del tiempo y como consecuencia propia.
Los estudios históricos sobre la humanidad y sus diferentes actuaciones, se sostienen en la medida de la acumulación de información sobre su propia experiencia y la satisfacción de sus necesidades. “Para salir airosos en nuestra función de conservadores del pasado, debemos ante todo ser comunicadores, no sólo en el sentido limitado de propugnar un punto de vista o de mejorar nuestra imagen pública (aunque esto puede resultar necesario a veces) sino porque ello se deriva más bien de la impresionante tarea de transmitir la memoria colectiva de una generación a la siguiente, aumentando la capacidad de recordar y cargando esa memoria con los recursos dignos de ser conservados permanentemente, lo cual constituye quizá la labor más difícil de todas”.
La actual sociedad tiene como una de sus características, la creciente producción documental, esta producción (explosiva) tienen grandes ventajas sociales como factor de desarrollo y transmisión del conocimiento en sus más variadas formas, pero al mismo tiempo se hace cada vez más necesario desarrollar un estudio de carácter científico sobre la producción documental, su utilización y sus consecuencias, para proporcionar soluciones eficaces que permitan inclusive, una distribución racional de la información como parte del conglomerado documental.
En las últimas décadas se ha observado tanto en instituciones de carácter público como privado, un enorme desarrollo y consiguiente proliferación documental, resultando una constante preocupación en aquellas instituciones encargadas de la recepción de documentos, alcanzando incluso un nivel internacional, llegando a cumplirse un intercambio de experiencias.
Esta preocupación ha generado estudios dedicados exclusivamente a la documentación, tomando en cuenta su origen, desde el punto de vista de la fenomenología documental, su desarrollo en las fases del ciclo vital, su tratamiento; generando nuevos sistemas descriptivos que cubran las necesidades de información y eliminación o conservación permanente.
No obstante, el volumen documental existente en la actualidad, permite afirmar que nos encontramos en los albores de una teoría de la organización del conocimiento, basado sobre todo, en los aportes que nos otorgan las ciencias de la documentación y su contenido esencial: la información. “A esas innovaciones de carácter práctico, han correspondido progresos de carácter teórico. Los métodos, en su origen empíricos de los archivistas y bibliotecarios han sido substituidos por técnicas fundadas en bases más racionales: la archivología y la bibliotecología. La estadística ha llegado a ser una verdadera ciencia, basada en el cálculo de las probabilidades, y ha dado origen en 1940 a la investigación operativa.
Actualmente está surgiendo una ‘ciencia de la información’, que abarca una serie de disciplinas y servirá de teoría fundamental de los sistemas de información del futuro”.
La archivología, la bibliotecología, la documentología, se han convertido en parte integrante del mundo social y antropológico, es un elemento esencial en todas las actividades humanas. Una característica peculiar del mundo moderno consiste en la necesidad de utilizar un documento para desarrollar actos o actividades dentro del dominio social. Se utilizan documentos para la identificación de los objetos o de las personas, para comunicaciones, estudios, educación para lograr un intercambio de conocimientos y para suministrar servicios.
Los archivos, objeto de la archivología, presentan particularidades especiales que requieren de un estudio suficientemente complejo, tanto más si consideramos que los documentos custodiados, verdaderos segmentos de la realidad, son productos de las distintas actividades humanas.
“A pesar de una prolongada tradición milenaria como conjunto de técnicas instrumentales, la existencia de una ciencia archivística independiente no aparece como evidente. Para que ello sea posible es necesario contar con una problemática propia, un conjunto de cuestiones o planteamientos teóricos que jalonen y sirvan como punto de referencia. En unos años se puede hablar de eclosión. Se ha producido un desarrollo extensivo e intensivo, especialmente en el campo de la administración y la información, la archivística se integra paulatinamente en currículum y planes de estudio y formación”.
Cada archivo presenta problemas distintos de fondo y forma, puesto que no existen dos archivos similares, las actividades son distintas para cada área de gobierno cuando se tratan de archivos públicos; lo mismo que las necesidades sociales son diferentes por cada área geográfica, consiguientemente la formación documental difiere de un archivo a otro, y las soluciones para un determinado archivo, no son suficientemente eficaces para otro, si bien existen leyes o principios generales y comunes a todos los archivos.
“Las primeras obras que estudiaron temas relacionados con el material archivístico y las tareas de archivos fueron escritas por juristas del siglo XI. Sin embargo, las primeras afirmaciones generales sobre la naturaleza de los documentos y sobre las obligaciones de los responsables de su creación y custodia pueden encontrarse en la legislación de la antigua Roma. En algunas secciones del Código Justiniano, hay enunciados referidos a objetivos y modo de crear y preservar documentos, que han permanecido en el núcleo de la teoría archivística durante siglos, desde entonces”.
Tomemos en cuenta que toda esta complejidad, está en continuo desarrollo, en continuo crecimiento, considerando que puede hablarse de un estancamiento económico en una determinada zona geopolítica, pero la producción documental continúa.
Si tomamos en cuenta solamente el aspecto poblacional de cada país, comprendemos la magnitud documental que se produce por habitante, teniendo en cuenta requisitos mínimos, v.g. actas de nacimientos, documentos de identificación y permisos para conducir. Todos estos documentos requieren cierta actividad, la misma que se trasluce en el quehacer de la población: matrimonios, defunciones, divorcios, que producen documentos con la cualidad de representar segmentos de la realidad social. La memoria del individuo es un constitutivo de su identidad, de la conciencia de su Yo. Si olvidara su pasado dejaría de ser el mismo. Idéntico fenómeno sucede con las naciones, las ciudades y las comunidades humanas de cualquier tipo.
Para preservar adecuadamente esta memoria, el archivero debe reunir ciertas condiciones especiales, de confianza y conocimiento y sobre todo debe ser responsable de los fondos que constituyen un núcleo de valor incalculable tanto para el gobierno como para los particulares.No sólo el gobierno y sus funcionarios son los beneficiarios de los testimonios nacionales sino también toda institución o individuo que tenga necesidad de los documentos públicos, sean de carácter jurídico, económico, cultural u otra índole.
Esta permanente custodia hace del archivero guardián de la fe pública, designado para certificar los documentos que están bajo su custodia. Tal obligación lleva consigo la necesidad de cumplir requisitos que hagan de él una persona idónea, capacitada para cubrir el cúmulo de operaciones documentales.
Entre esos enunciados se halla la definición de archivo, como “el lugar donde se depositan los documentos públicos” , también “allí permanecen incólumes y pueden ser encontrados rápidamente por quienes buscan” , asimismo se puede preservar la memoria perpetua de “los actos que relatasen”. La razón por la cual los conceptos legales de Roma tuvieron una gran influencia en el pensamiento archivístico de Europa y desde allí alcanzaron a otros continentes fue que eran enseñados, desde 1158, en todas las facultades de derecho a los juristas y notarios que los sobrepusieron a todos los sistemas legales de sus respectivos países a modo de “ley común”, esto es de armazón básico del que cada legislación nacional recibió orientación y sentido. Las ideas de que la antigüedad otorga a los documentos máxima autoridad; de que depositar un documento en un lugar público garantiza su confiabilidad como testimonio de acciones y de que la custodia ininterrumpida aseguraba la autenticidad del documento llegaron a constituir parte del conocimiento archivístico y así quedaron hasta nuestros días porque estaban encarnadas en el derecho romano.



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Documática


Nora Inés Lamas prologó esta obra con las siguientes palabras:
“El término documática surge como una necesidad que pueda satisfacer algunos requerimientos sobre la aplicación de una tecnología moderna, básicamente orientada al desarrollo informático, tratando de suprimir terminologías tentativas, cuya ambigüedad se hace patente. Se busca también una comprensión adecuada a los aspectos de la disciplina nueva, denominada “ciencia de la documentación”. El autor tuvo la oportunidad de profesar la materia en la carrera de Archivística del Instituto Superior Nº 12 que se dicta en Santa Fe, motivo por el cual desarrolló el presente trabajo como orientación y apoyo de la cátedra. La Asociación de Archiveros, que cuenta con su asesoramiento permanente en cuestiones de perfeccionamiento de los profesionales, no vaciló en hacer suyo el interés de publicar el presente volumen.
Quien se introduzca en la temática tratada en el presente trabajo y pretenda, con un espíritu crítico, buscar aspectos que requieren una extensión y profundidad mayor, debe comprender que la obra en sí no está orientada a especialistas en informática, sino que se orienta a un público que quiere empezar a comprender las utilidades y beneficios que le pueden dar los distintos aspectos de la informática.
Se trata, sobre todo, de sentar las bases de la Documática, como una asignatura aglutinante de los problemas tecnológicos del presente, y como una orientación para el archivero que quiere utilizar esta herramienta, el ordenador, para solucionar problemas de recuperación de la información.
La materia en sí es árida, requiere de todo un trabajo de investigación, con el fin de emplear términos comprensibles y claros, sin generar en el lector, excesivas molestias cuando se quieren abordar temas informáticos, muchas veces incómodos de leer por el lenguaje y empleo de abreviaturas excesivas en la mayoría de los casos. Comprendemos también que, a la hora de poner en práctica los innumerables sistemas de tratamiento de la información, no existen soluciones mágicas, sino de labor continua. El presente trabajo nos permite comprender la mayoría de los requisitos necesarios para ingresar en ese mundo donde la información cobra valores centrales […]”.

FRAGMENTO:
Introducción y conceptos generales
Con el advenimiento del ordenador, creado como curiosidad de laboratorio, se inicia un gran número de interrogantes y especulaciones acerca de la potencialidad en el desarrollo del hombre, sus implicaciones sobre el desempleo, su capacidad para impulsar el crecimiento económico, etcétera.
El vertiginoso desarrollo tecnológico y la multiplicidad de sus aplicaciones hace más patente la necesidad de ensayos especializados, que reúnan experiencias sobre los sistemas de trabajo y procedimientos para las variadas formas descriptivas de documentos, las múltiples aplicaciones en la administración de los archivos, los tratamientos de gestión, teniendo como objetivo puntual la definición profesional del personal a cargo de los archivos, como las exigencias permanentes sobre el control y correcta administración documental.
“La importancia potencial de los ordenadores electrónicos no fue reconocida por los profesionales de los archivos, a excepción de unos pocos, hasta cerca de 1970. En aquella fecha otras profesiones habían aprovechado y desarrollado las posibilidades que les ofrecían los ordenadores para registrar, refundir, comparar, organizar e imprimir datos.
En parte, el retraso de los archiveros en utilizar esta nueva tecnología se debe al característico conservadurismo y a los limitados recursos disponibles por las instituciones archivísticas”.
Es evidente que la computadora ha tenido cierta influencia en estos aspectos; sin embargo, hay que tomar en cuenta su elevado costo, hasta hace pocos años solamente era accesible a las grandes empresas, por lo que su impacto ha sido menor al que se pronosticaba.
Hablamos de una sociedad con nuevas características, algunos sociólogos la denominan como sociedad posindustrial, otros como sociedad informológica.
Como sociedad posindustrial, existen mayores posibilidades:
• De obtener conciencia real de nuestra posición política.
• De objetivar factores de desarrollo.
• De lograr que nuestras potencialidades sean manifiestas en el transcurso de nuestra existencia.
En cualquiera de estas denominaciones se habla de una sociedad cuya característica principal o central, es la de estar respaldada por una gran variedad de sistemas de automatización.
Los subsistemas científico y tecnológico han causado mayor impacto sobre los otros subsistemas, que asimilan criterios de carácter científico o general, en la medida que substituye labores y funciones del hombre; y de carácter mítico, ante la representación creada por la ciencia al desarrollar la inteligencia artificial y los procesos virtuales.
Considerando que tecnología es un sinónimo de eficiencia, ésta permite controlar los procesos, de acuerdo con los resultados obtenidos, y transmitirlos a otros campos de acción como la política y la economía. “El National Archives and Records Service de Estados Unidos (NARS) señaló en una intervención que la automatización se había utilizado como instrumento de trabajo para control interno, y que de la misma forma podía utilizarse para localizar documentos. Aún más, NARS había estudiado la utilización del ordenador para localizar expedientes personales de civiles y militares”.
En el presente se llevan a término aquellos proyectos preparados para crear zonas totalmente automatizadas y realizar el control mediante una serie de ordenadores, con lo que se cumple, además, una función integradora.

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Archivoeconomía. Edificios, locales y equipos para archivos


FRAGMENTO:
INTRODUCCIÓN
Los archivos, considerados como santuarios del pasado, han logrado un desarrollo paulatino con el transcurso del tiempo, esta afirmación es estudiada detenidamente en Teoría, fundamentos y práctica de la archivología. Considerando este desarrollo, tomamos en cuenta los siguientes factores:
a) Genera en sus contenidos, especialidades que permiten su desarrollo y se encuentran en permanente evolución,
b) Amplía conocimientos, relacionándose cada vez más estrechamente con las ciencias sociales.
c) Incorpora conceptos modernos sobre actividades antiguas, como consecuencia del desarrollo tecnológico y una mejor comprensión de las ciencias históricas.

d) Conforma un conjunto de conocimientos aglutinados en el término archivología, configurándose como un nexo entre distintas disciplinas.
e) Considera en sus contenidos y extensión:
1. Un proceso.
2. Una evolución histórica.
3. Un desarrollo continuo y prospectivo.
Este “estado teórico” en el cual se encuentran los archivos, genera diferencias conceptuales y permanentes análisis sobre sus alcances.
Popularmente se tiene una imagen negativa del archivo y sus contenidos, que no favorece la concepción de un servicio de información originado por documentos activos e inactivos ni la necesidad organizativa en la administración moderna.
Es lamentable que existan aún instituciones cuyos conceptos hacen eco de la imagen popular sobre los archivos, y que no han evolucionado más allá de considerarlos como repositorios donde ingresan documentos que no se utilizan, o un malestar económico que ocupa lugar; pero, que son necesarios para justificar actividades pasadas o para consultar documentos que certifican actividades económicas, de personal, o actos. Más allá de este concepto se hace difícil concebir las funciones que desempeña el archivo.
No obstante este desalentador panorama, lentamente cambia el concepto, en la medida en que se difunden los conocimientos profesionales sobre el mejor manejo de los documentos. Paralelamente, el desarrollo del conocimiento administrativo y el impacto producido por las tecnologías modernas, permiten una mayor comprensión sobre esta problemática.
Los archivos históricos tampoco se libran de conceptos lamentables, se los considera como lugares oscuros donde se encuentran papeles desordenados en los que hay que efectuar una investigación especial para descubrir documentos referentes a la historia (no muy clara) de cada país. Por otro lado, el aspecto negativo de estos archivos, es que su personal, generalmente con especialidades en Historia, consideran su área como único fin válido para la Archivología, desconociendo o ignorando el ilimitado campo de los archivos.
La noción que se tiene del concepto del servicio de archivos es más o menos clara en el sentido de que se trata de “un conjunto de documentos producidos por una colectividad, una administración, una empresa, un establecimiento, hasta una familia o un individuo en función de su actividad y conservado por ellos para una utilización conforme y con fines documentarios”, no existiendo una definición totalmente aceptada.
Concebimos la idea de que en un archivo debemos encontrar los documentos olvidados.
Con el aporte de algunos profesionales estos conceptos van evolucionando. En la actualidad “una premisa irrebatible y plenamente aceptada en todos los países del mundo es que la consulta de los documentos de archivo interesa no sólo a los historiadores. Dentro del vasto campo de las ciencias sociales y humanísticas, los recursos documentales de una nación son proporcionalmente fundamentales, tanto —y cada vez en mayor medida— para antropólogos, sociólogos, lingüistas, economistas, demógrafos, científicos, escritores, periodistas, pedagogos, filósofos, arquitectos, ingenieros, médicos, geólogos, etc., como para las personas particulares que en no pocos casos los requieren con variados propósitos, y específicamente para fundamentar y legitimar sus derechos (títulos de la propiedad, registros de nacimiento y matrimonio, etc.) dentro de la sociedad en la que viven.”
La Archivoeconomía, denominada también Archivoeconomía y Archivoeconomía, es considerada como una parte integrante de la Archivología Estructural; se sujeta a disciplinas distintas pero que encierran un solo fin: la permanencia del documento, razón por la cual se incorpora en la planificación archivística y se apoya en la conservación y restauración de los documentos. La Archivoeconomía se ajusta a una política que le permite el logro de sus objetivos. Esta política encuadrada en la administración y la organización, se interpreta como camino por el que se conduce un asunto o se emplean medios necesarios para alcanzar fines determinados.
La decisión para lograr un adecuado desarrollo del servicio archivístico depende invariablemente del plano ejecutivo, con la condición necesaria y supuesta, que tenga la empresa o institución:
a) Constancia clara sobre los beneficios que se obtendrán con la eficacia administrativa.
b) Obtención de información concisa, y
c) Enriquecimiento de la personalidad institucional.
Esta preocupación repercute con mayor fundamento empresarial, logrando ventajas como:
a) Dar el apoyo suficiente para realizar las técnicas del archivo.
b) En forma sistemática, salvar la información, patrimonio de la institución, y por extensión, patrimonio de la sociedad y de cada nación.
Al conservar los documentos se define claramente su identificación con el pasado. Tanto en el proverbio francés “hombre informado vale por dos” como en el eslogan anglosajón “la información es poder”, apreciamos un justificativo para la mejor conservación documental. Son conceptos, popular uno y de realeza el otro, transformados con el tiempo en acervo del saber popular; se han actualizado plenamente con el desarrollo de la “industria de la información”. Consideremos:
a) El desarrollo de la información como proceso y como industria, permite el desarrollo de los sistemas de archivos.
b) El nacimiento de la prensa y de los primeros sistemas de telegrafía dio inicio al desarrollo de las comunicaciones, e incrementó la producción documental.
c) La introducción del ordenador en los ámbitos de la sociedad, genera un nivel de demanda de información insospechada.
d) La difusión de nuevas formas de expresión, al margen de la imprenta tradicional, genera una disciplina en formación como la Reprografía.
e) Esto implica una transformación de la sociedad humana de una amplitud similar a la ocasionada por los cambios tecnológicos y culturales del pasado.
La ambición de todo archivo, sea éste general, administrativo, intermedio o histórico, consiste prioritariamente en contribuir a que se comprenda plenamente el papel fundamental y específico de los archivos y que se permita deducir, mediante un estudio serio y minucioso, los problemas que plantea esa política mediante propuestas realistas y adecuadamente programadas. El principal problema generalizado corresponde a las instalaciones de los archivos, sus locales y equipos.
Para cumplir con esta ambición, existe una serie de trabajos, muchos de ellos óptimos, sobre los métodos de tratamiento de los documentos, inclusive como medios de propaganda utilizados por aquellas firmas que se dedican a la fabricación de artefactos para la buena conservación de documentos.
Estos estudios, sean en detalle o en su conjunto, constituyen elementos que permiten un conocimiento amplio. No obstante esta profusión de ideas y estudios para lograr un servicio eficiente, resulta un tema nuevo para muchas regiones y países, categóricamente en aquellos países que tuvieron su independencia o formación a partir del siglo XIX, cuando el aspecto archivístico recién presenta algunos problemas; estos países generalmente tienen archivos heredados y consuetudinarios. Los países en vías de desarrollo, que económicamente tienen problemas acuciantes a resolver, no se ocupan generalmente del tema archivos, por estar sus necesidades referidas a otro aspecto.
Teniendo conocimiento de la enorme variedad de situaciones en materia archivística, según la organización y necesidades empresariales, y convencidos de la universalidad de los problemas, tratamos de situarnos en un nivel de generalidad suficiente a fin de que existan elementos significativos para una adecuada planificación.
La Archivología ha sido considerada dentro de un concepto disciplinario, como un cuerpo de conocimientos estructurados alrededor de un objeto común: los archivos, y elementalmente su principal contenido: los documentos. De esta manera, la Archivología conforma instituciones que son utilizadas por uno o más individuos como único medio de realizar actividades concretas, en el marco del desarrollo social.
La institución es, en el aspecto que nos ocupa, un producto de las relaciones humanas, en la que cada individuo compromete su personalidad, manteniendo una conducta consecuente con otras personalidades de su medio. Por ello, se produce una dinámica de intercambio, aportando y recibiendo permanente información con contenidos de realidad, que son “impregnados” en documentos a los que con certeza se los denomina segmentos de la realidad. Instancia que nos permite aseverar que los documentos “objetivan” acciones de modo que un documento sin “objetivación” puede ser una simple “curiosidad”.
No obstante, la preocupación por obtener un equipo adecuado y un local óptimo para los documentos surge casi al unísono que los documentos; sólo al efectuarse la concreción de la Archivología, se incorporan estos conocimientos como tópico propio, teniendo en cuenta que el verdadero desarrollo de la Archivología surge en las últimas décadas.Los archivos están en íntima relación con el desarrollo de sus países, son su reflejo. Si tomamos como ejemplo extremo, observaremos que los pueblos, cuanto más primitivos, menos producción documental tienen, por lo tanto, no requieren prácticamente de un lugar específico para guardar y custodiar documentos, salvo aquellos que puedan representar una creencia. Tenemos la pauta de que la situación en América en su generalidad es deficiente, sobre todo en lo que se refiere a los aspectos principales:
a) La preparación profesional.
b) La planificación de los archivos.
c) La conservación de los documentos.
Estos conceptos nos inducen a comprender por qué los países mejor desarrollados cuentan con edificios y equipos adecuados para el tratamiento y permanencia de los documentos. Como consecuencia, podemos afirmar con certeza, que gran parte de la economía y el desarrollo de las naciones se sustenta en la cantidad y calidad de documentos e información que posee.

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Apuntes para la introducción a la metodología gnoseológica de la historia



FRAGMENTO:
CARÁCTER GENERAL DE LA HISTORIA
Uno de los problemas fundamentales del pensamiento consiste en la disparidad de conceptos referentes a los temas sociales y en su generalidad a los científicos.
Se forman complejos sistemas lógicos de ideas que permiten dar definiciones de las ciencias cercanas a la realidad.
El hombre crea sistemas que salvan la interpretación de la realidad, los sistemas nacen cuando surgen anormalidades; “inventa” el número uno para representar la unidad, y hace de esta representación abstracta, una realidad o fundamento de una realidad, las ciencias tienen los pies de barro, pero permiten subsistir.

El pensamiento humano quiere abarcar todo, lo está logrando en cierta forma, sólo a base de supuestos. En este sentido, la historia juega el rol de memoria, pero no se interpreta como archivo.

La curiosidad, como propiedad inherente, hace que el hombre descubra el universo, se descubra a sí mismo y se plantee una serie de interrogantes que subsisten a través del tiempo.La diversificación de las ciencias es proporcional al caos.
El pensamiento humano pretende abarcar todos los contenidos logrados hasta la actualidad y clasificarlos en unas cuantas ramas, efectuando una división aceptable de los límites conceptuales de los grandes campos de las ciencias y sus disciplinas, consistiendo generalmente este resumen en:
– Ciencias exactas, que sólo admiten principios, hechos y consecuencias rigurosamente demostrables, encabezan este grupo las Matemáticas.
– Ciencias naturales, que se ocupan de adquirir conocimientos sobre las propiedades de los cuerpos, y las leyes a las que están sujetos, su relación con las ciencias exactas se descubre a medida que se profundiza en el conocimiento.
– Ciencias sociales, como atributo de las relaciones humanas y los factores que intervienen. Las ciencias sociales presentan problemas, por encerrar en sí las múltiples tendencias del pensamiento humano, todas buscando la solución del hombre.
Aristóteles las clasifica de acuerdo a la naturaleza del pensamiento, y forma tres grandes grupos:
– Ciencias teóricas.
– Ciencias prácticas.
– Ciencias creadoras.
A posteriori de esta formulación se han presentado clasificaciones que se manifiestan con las inquietudes de Bacon.
El conflicto de la clasificación fue largo y penoso, pero a medida que las ciencias desarrollan sus contenidos y se conocen mayores resultados del universo, éstas van entroncándose más hasta formar nuevamente una unidad.Si bien algunos intentos de clasificación resultarían en nuestra época algo extravagantes, no lo fueron en su tiempo.
Jaime Balmes clasifica a las ciencias en
– Ciencias naturales.
– Ciencias morales.
– Ciencias históricas o sociales.
– Ciencias religiosas.
El problema principal no está en la clasificación.
La Historia, de una u otra manera, siempre se ha circunscrito a las ciencias sociales por su propia naturaleza, y ése es su lugar.
Si bien es cierto que en ninguna clasificación la Historia tiene un protagonismo verdadero o valedero, sin embargo está ahí.
Los estudios sobre el acontecer histórico sólo pueden desarrollarse si hay suficientes y auténticas bases, considerados desde el punto de vista teórico y metodológico. No se aprehende una ciencia sin conocer sus principios, sus orígenes, sus causas.
“En la historia de la humanidad el hombre es responsable, bien que por extensión también sus obras materiales en cierta forma son una prolongación de la personalidad o, mejor dicho, que el vivir deja rastros cuyo complejo total llamamos cultura” (RANDLE, P.H., Geografía histórica y planeamiento, p. 14)
Los principios determinan la conducta de la investigación desde el punto de vista científico. Esta dualidad, teoría y metodología, permite acercarnos a un grado de certeza sobre los acontecimientos.
No se puede aprehender correctamente si los principios no son profundamente comprendidos.Estos principios son considerados como pre-supuestos de la realidad, teorías que motivan la investigación.
El objetivo de todo estudio histórico es desarrollar el conocimiento sobre el pasado humano: preceptiva. Buscando una identificación que permita una proyección hacia el futuro: prospectiva.
El conocimiento de la historia considerada como un saber cultural o una ocupación profesional, se constituye como una necesidad propia del espíritu humano, construyendo permanentemente sobre ideas correctas un presente.
La historia es una actividad intrínseca del ser humano. Un complejo conciencial que se fundamenta en la ilación de experiencias propias que permiten comprender en la praxis, el sentido de su perdurabilidad y ultérrimamente fundamenta la existencia.

EL CATALOGO

Archivística.


EL CATALOGO:
El presente medio tiene la finalidad de acercar a los interesados en bibliografía Archivística, una somera descripción de las obras editadas.
El autor, es docente de la Carrera de Archivística de Santa Fe.
Es también autor del proyecto de creación de la Carreras de Archivística de Santa Fe y Paraná, impulsor de la Asociación de Archiveros de Santa Fe y de la Federación de Archiveros de Argentina; autor del Código de Ética del Archivero adoptado por ésta Asociación y propuesto para la Federación de Archiveros de Argentina, y también autor del Proyecto de ley de Profesionalización de Archivos.
Actualmente se desempeña como docente en la Carrera de Archivística de Santa Fe, y de la UNNE, amén de sus otras ocupaciones en las que también ha recogido lauros por sus obras teatrales, pinturas y producción literaria.
Su producción de Bibliografía Archivística es una de las más prolíficas y completas, valiéndole la labor de permanente actualización el reconocimiento, no sólo en la comunidad Archivística Argentina, sino también en otros países.
Tal bibliografía es consultada por estudiantes, docentes, profesionales, e interesados en la materia.
En esta oportunidad nos complace presentar las obras a través de éste modesto catálogo, que esperamos sea de utilidad para un mejor conocimiento del contenido y elección de la bibliografía
Nos satisface llegar a Uds. con tan feliz motivo.